Estoy en una época de quitarme capas como si de una cebolla se tratara, y no es por lo calores precisamente. El día que decides ir dejando las máscaras que has llevado toda tu vida es complicado, la capa a cual más gruesa y rígida al principio, es mucho más fácil de pelar según te acercas al corazón.
Como si después del esfuerzo inicial todo saliera rodado y todo aquello que no te sirve se desprende solo.
Así que digamos que estoy en una época de “recogimiento”. Aunque la palabra recogimiento me evoque el que estemos rotos en pedazos, cuan juego de lego que tenemos que volver a meter en la caja. Lo bueno es que esta vez las piezas no vuelven a la caja. Van a la basura.
Y claro, maja, ahora te has quitado la máscara y ¿qué es lo que queda de ese personaje que se había forjado tu ego? pensarás. Pues la verdad es que es complicado de expresar con palabras, porque cuando ya no te defines por tu trabajo, tu estatus, tu rol de hija/madre/esposa…
Es curioso ver cómo la gente le da tanta importancia a en qué trabajas. Con si el titulo de una tarjeta de visita, el status que te da un trabajo o el coche que conduzcas dijera más de ti que como te comportas con las personas y el resto de seres vivos.
¿Crees que acaso que en tu lecho de muerte te vas a arrepentir de no haber trabajado más que de no haber disfrutado de tu familia y la gente que quieres? ¿Añorarás la mierda de estar ocupada metida en la rueda de hámster subiendo en la escala social? Es absurdo.
Y todo esto lo digo porque como buena multipotencial, el trabajo no ha sido un eje central en mi vida. ¿Para qué engañarnos? he estado mucho más ocupada viviendo, investigando, apagando curiosidades que en metiéndome en la dinámica por el siguiente ascenso y por lo visto como “no madre” debería haberlo hecho.
Porque “obviamente” si no te dedicas a tus hijos te tienes que dedicar a tu carrera. Parece que eso de dedicarse a una misma y a los que quieres, en vez de estar persiguiendo un trabajo de la hostia leche, sea una cosa de otro planeta.
Me he sentido muy juzgada toda mi vida por ambas cosas, por no ser ya directiva o tener una empresa top por mí misma y por no haber sido madre.
Creo firmemente que estamos en este plano de existencia para vibrar alto básicamente, aprender a estar estables en esta dualidad cambiante y nada placentera la mayoría de las veces. Y no, no creo que el titulo de tu tarjeta de visita, el coche que conduzcas o el status social que tengas te vayan a dar eso.
En definitiva, creo que solo la coherencia de seguir lo que tu corazón te dicta, ignorando los juicios de los demás, es lo que te va a dar aquello que buscas en la vida.
Así que a la conclusión que después de tanto despelote he llegado es esta: Trabaja en aquello que te de comer, que te sea fácil, con un ambiente agradable y que te resulte algo retador. No va a ser eso lo que recuerdes en tu lecho de muerte. Te lo aseguro.
PD: Le he dado un lavado de cara al blog. Espero que te guste. Cuando el diablo se aburre mata moscas con el rabo… a mí me da por redecorar mi espacio digital. XD
Silvia dice
Eres auténtica y adorable querida amiga.
Un ser formado por múltiples cualidades y experiencias, valor de vivirlas, curiosidad por encontrarlas, generosidad por compartirlas y honestidad de ser fiel
a ti misma, a tu evolución , respetando tus necesidades y tu derecho a seguir tus propios pasos y no los ajenos, a cambiar de opinión, a contradecirte incluso si te da la gana, a sentir más y pensar menos.
En resumen, a conectarte con tu esencia, a veces loca y otras en perfecto equilibrio.
Por eso te quiero y te admiro, porque eres simplemente tu…
Y eso ya es mucho, y más hoy.
Te sienta muy bien quitarte esas capas ????
Un besazo guapa ????????????????
caro chan dice
Wwhhhooouuu! Amanecer con este comentario me ha alegrado el día , la semana y lo que queda de mes! XD
Muchísimas gracias por tus palabras, Silvia… Me parece que el sentimiento es mutuo ????
Silvia dice
Pues que alegría poder alegrarte siendo tan solo sincera.
Que tengas un buen día, semana y mes ????
Gracias por la parte que me toca
Un abrazo
????????????????????????
Antia dice
Como te echaba de menos por aquí amiga. Desde que te vi por primera vez, en una estación de tren de Londres, supe que tú eras mucho más de lo que decías que eras.
Me sorprendió conocerte porque pensaba que yo ya sabía mucho de ti, pero según fuimos viviendo supe que aquello que sabía solo era la puntita del iceberg, que tú eras de esa clase de persona que escondía todo detrás. Eras ese trocito de postre que te guardas para la última cucharada 🙂
Te quiero mucho Caro Chan, sea quién seas porque en el fondo tú solo puedes ser tú.
caro chan dice
No hay emoji que exprese la emoción que siento! ????
Ese viaje fue muy épico, desde la puta de la cabra hasta las zanahorias en la nariz y de postureo por Hackney… Ains, uno de los mejores recuerdos de Londres.
Te echo muchísimo de menos, y tengo tantas ganas de darte un abrazo fuerte que me duele. Vueeelveee! Aunque sea por la puta cabra. Jajaja
Nacho dice
Los Kabbalistas tienen incluido en sus principios espirituales el concepto de «capas de la cebolla» (lo llaman Tikún), y es justo lo que expresas de tus sentimientos. Llevamos implícito en nuestro ser herencias de vidas pasadas, tanto nuestra como de nuestro árbol genealógico.
El grado de conciencia que experimentamos, define esa capacidad de despegarnos de influencias que no nos pertenecen, que nos convierten en personas que no somos.
Así que, ese desapego o desprendimiento nos hace ser la persona que realmente somos, y no en la otros esperan de nosotros.
caro chan dice
Oye qué interesante Nacho! No conocía el término y me ha encantado… Voy a investigar más, yo pensando que he redescubierto la rueda y esto e Sun proceso más que normal! Jajaja
Gracias por compartirlo ????
Nacho dice
Un placer, Caro. La vida nos va mostrando el camino. Tan solo hay que estar atento a los detalles y a las señales. Y como te decía… eso depende de nuestro nivel de conciencia, la cual se va adquiriendo con las experiencias cotidianas.
Sí es cierto que es un proceso «normal», aunque a cada cual le llega en un determinado momento de su vida; normalmente cuando experimenta una experiencia «a priori» desagradable…