Hola me llamo Carolina, tengo 33 años y soy drogadicta. Si lees bien, lo mío no tiene nada que ver con sustancias ilegales: Estoy enganchada a una persona. Enganchada al subidón que me produce el roce de su piel, las mariposas en mi estomago cuando me mira fijamente, el sentirme en casa cuando me abraza y noto su olor. A los neuropéptidos que segrega mi cerebro ante su presencia.
Tú lo que estás es enamorada, chiquilla.
Te daría la razón si solo fuera eso, pero ¿qué es lo que pasa cuando la persona que te proporciona todas esas sensaciones tan bonitas a la vez te hace hundirte en un pozo sin retorno?. El mono de no notar su piel, el dolor en el estomago cuando sabes que está con otra, el verme desamparada cuando ya esos abrazos no son para mi.
Tú lo que estás es en un amor no correspondido , nena.
Te daría la razón si eso fuera así, porque podría poner distancia de por medio y dejar que mi corazón se sanara. Pasar mi duelo, comer helado, ver todas las pelis románticas del mundo y pasar el día cagándome en su madre, poner una foto suya en la pared y utilizarla de diana.
¡¡Que revienteeeee!!
Pero no, no puedo, porque esa persona es la más increible que jamás haya conocido; me hace salir de mi cascarón, fuera de mi zona de confort, me empuja a ser una mejor versión de mi misma, nos reímos, cantamos, hacemos el payaso, nos cuidamos, apoyamos y hablamos de cualquier cosa, los días pasan que ni me doy cuenta y no hay ninguno igual al anterior. En resumidas cuentas, no nos queremos perder el uno al otro…
Tú lo que tienes es la relación perfecta, enana.
Ummm, si visto así es amazing, ¿a que sí? El problema es la letra pequeña, ya que el sentimiento no es reciproco, y lógicamente él tiene que hacer su vida…Muy a mi pesar. Aunque me duela, vuelvo a él una y otra vez. Reniego, lo mando al carajo, lloro, pataleo, me digo que yo valgo un montón y no merezco esto y finalmente el ciclo vuelve a repetirse , cayendo una y otra vez.
¿A que doy penita?
Vuelvo a por mi dosis porque mi cerebro racional me repite que todo lo maravilloso que me proporciona compensa a los malos ratos. Debí haber prestado más atención cuando mi amiga Ruth me hablaba de su asignatura Psiconeurinmunología
Tú lo que estás es muy jodida, niña.
Lo sé.
Y con lo que me mola a mi ir de pseudo-coach de vida: «hay que hacerlo así para obtener este resultado, hay que trabajar con uno mismo, bla, bla, easy and peasy«…Consejos doy, pero para mi no tengo, amor.
Así que hoy voy a dejar que seas tú el que me des caña, que me pongas las pilas, y que me cuentes si alguna vez has podido mantener una relación de este tipo sin terminar echándote a la bebida ¬.¬UU
Al mal tiempo, buena cara.
Dime que hay esperanza aun para mi, sino solo me quedará tirar por el camino fácil pillándome esto…
PD: Si quieres ver los pasos que estoy llevando a cabo para intentar salir de esta espiral, échale un vistazo a mi post del domingo en El ibérico, sí, por si por alguna extraña razón estoy colaborando en la parte de cultura del dominical de este periódico ^.^