El postureo en la redes sociales es, para mí, la nueva enfermedad mental del siglo XXI. Pretender que todo es maravilloso en tu vida y que vives en una portada de revista 24 x 7.
En el post de la semana pasada una lectora comentó que mi blog era “sinceridad en tiempos de postureo”. Y me hizo pensar en la poca gente cuenta sus mierdas y que si las cuenta es por alguna oscura razón marketiniana detrás.
Pero yo no estoy exenta de haberme metido en esa rueda de hámster. De hecho cuando tenía la empresa de Geisha del maquillaje me pasaba el día fingiendo algo que no era en las redes.
Me teñí el pelo de negro, y siempre lo llevaba planchado. Me puse una montura de gafas negra muy sería y vestía con ropa que me disfrazaba de “empresaria de éxito”.
Tenía que dar esa imagen seria y profesional. No me permitía ser yo misma por miedo a dar la impresión de ser demasiado “rara” o “loca” para que confiaran en mí.
Dejé de ponerme flores en el pelo, mis gafas cantosas y la ropa que me hacía feliz.
Planificaba hasta las stories y estaba siempre haciendo fotos a todo para tener publicaciones que subir todos los días.
No me permitía salir sin estar perfectamente peinada y maquillada.
En cada sitio chulo que visitaba me pasaba el rato haciéndome un book de fotos en vez de disfrutando y si pedía algo rico y se me olvidaba hacerle una foto me sabía hasta mal.
Lógicamente es esa época estuve desaparecida del blog, con la excusa de que no tenia tiempo. Tiempo tenia, lo que no quería era mostrar mis miserias e inseguridades diarias.
Vaya que alguien descubriera que eso que veían en redes no era real.
Y aún si hechas un vistazo a mi instagram, en el cual hace un año que no publico, solo verás fotos bonitas y frases preciosas ¿por qué en mi blog si me permito ser vulnerable y en Instagram no?
No he mostrado mi cara sin maquillar, mi pelo rizado sin peinar (soy un minión morado), la hinchazón de mi barriga después de comer, ni las estrías de mis muslos.
Ni he puesto la frase inspiradora “Hoy me tenéis todos hasta el coño” aunque la pienso casi todos los días.
¿Cómo serían nuestra redes sociales si pusiéramos lo que realmente pensamos? ¿Si mostraremos nuestros “defectos” tanto como nuestras fortalezas?
No voy a ser la jueza que desde mi púlpito critica todo lo demás, sabiendo que soy parte del problema, también puedo ser parte de la solución.
Desde hoy voy a tener las “anti redes”, donde enseñaré mis mierdas y pondré las frases que realmente me apetecen poner. Aunque sean políticamente incorrectas.
Porque una revolución comienza por uno mismo.
¿Te apetece unirte a #aLaMierdaElPostureo?
PD: Todo son risas hasta que te toca subir a internet tus mayores inseguridades.