Estar con otra persona es difícil. Ya estar contigo mismo lo es, pues imagina si ya sois multitud.
Yo tengo que lidiar con la voz en mi cabeza, que casualmente se parece mucho por el tono a la de mi padre, y sentirme como una niña pequeña que no sabe lo que está haciendo.
Porque no sé como será la voz en tu cabeza pero la mía, la mayoría del tiempo, me hace sentir que o no soy lo suficientemente buena o que debo de ser la persona más torpe del planeta.
Y sí, la teoría me la sé.
Es mi ego, el programa que funciona en automático y al que cómo no le des algo en lo que centrarse se dedica a susurrarte lindezas al oído. El mío como no me dedique a una actividad de vida o muerte es capaz de seguir con lo suyo por mucho que intente concentrarme.
La meditación, sí, también la practico y aunque en esos momentos consiga algo de silencio el resto de las 23:40 horas del día es otro cantar.
Por eso digo que estar en pareja es difícil, se suma lo tuyo con lo suyo y esto se convierte en un “más difícil todavía” con un redoble de tambores.
Tus neuras, sus neuras y el ritmo de la sociedad. Cóctel molotov para terapia de pareja.
Pero de poco sirve esa terapia si los que se sientan en ella son dos niños asustados cuyas voces en su cabeza no les dejan ver ni sentir empatía por el otro.
Romper es lo más fácil, lo jodido es quedarse.
Sí, sé que estás pensando que romper es peor y lo que la gente hace es quedarse en la comodidad de lo “malo conocido”.
Reparte bienes, amigos y niños en caso de haberlos. Pero a la larga esa ruptura te deja con tus neuras, a las que ya les has cogido cariño y no te crean desasosiego.
No hay con quién ponerse de acuerdo, se acabaron las negociaciones, las explicaciones, los malos ratos y el pelearse por la serie que ver en Netflix.
Adiós a gestionar la proyección en la otra persona.
Te quedas en la gloria, te abres un Tinder para cuando te pique y tú en tu casa y Dios en la de todos.
Pero no, lo jodido es quedarse sin conformarse. Trabajando en tus mierdas, las suyas y las de todos tus compañeros para llegar a tener una relación de la que sentirse orgulloso. Y en esas ando… queriendo la vía rápida y a la vez entendiendo que las cosas buenas en las vida son una carrera de fondo.
¿Soy la única que lo quiere mandar todo al carajo semana sí y semana no?