Y anochece en la ciudad, una cafetería cualquiera de un callejón cualquiera, dos macs y muchos tecleos. Ella baila en su cabeza mientras él frunce el ceño concentrado en su lección de italiano. De fondo la cháchara de dos extranjeros tratan de entenderse entre ellos en castellano la hace reflexionar.
No es complicado encontrarse, es complicado entenderse incluso hablando el mismo idioma. Veo su boca moverse y oigo bla, bla,bla…Él me ve articular palabra y solo oye wiiiii. Podríamos construir una base preciosa, de este tipo y dejarnos mecer por la música, callados, mirándonos…Quizás esa sea la mejor manera de sobre llevar una relación, en silencio y mirándose a los ojos.
Porque es el momento en que se intenta verbalizar todo aquello que tenemos dentro cuando se caga la cosa. Ceños fruncidos y labios apretados, miradas de soslayo y lagrimas contenidas ¿No es acaso en el momento del baile horizontal, mientras se habla con caricias, sudor y calor, cuando mejor nos entendemos? Deberíamos entonces rebajar el registro de nuestra relación a plano físico, dejarnos solo sentir cuando estemos juntos, obviar palabras, distancias y demás pensamientos contenidos.
La canción en su cabeza se torna melancólica y la arrastra a recuerdos difusos…Están tumbados en una cala cualquiera de una playa cualquiera, él le da la espada, ella la observa y piensa en el momento en el que sea la última que la vea alejarse y decide dejar de pensar, porque una espalda no da más información que posibles melanomas y falta de higiene -es tan difícil frotarse cuando se vive la vida en soledad-
“¿En serio eso es lo único que se te ocurre ? ¿qué otra cosa debería pensar? ¿qué no volveré a obviar palabras ni distancias mientras despido con la mano a mis muros de contención? ¿qué las noches serán algo más largas y frías? ¿qué por fin podré sentarme sin sentir dolor? ¿Debería analizar lo que siento? ¿es alivio, es pena, es indiferencia?…”
Al final decide que prefiere pensar en melanoma, la verdad.
Entonces él se gira, le sonríe y todos esos pensamientos se esfuman de golpe porque el salitre del mar la invade y el sol calienta su piel – sintetízate vitamina D, endorfinas haced vuestro trabajo- El olor de la crema solar, mezclado con el calor de la piel tibia, saliva y esa sensación de comezón en la barbilla dan paso a otros tipo de pensamientos. Cierra los ojos y disfruta de la sensación de la brisa apartándole el flequillo, el reflejo del sol calienta intermitente su mejilla según se aparta la sombrilla, se pierde en el tacto suave de la piel del antebrazo de él y un pensamiento se abre paso entre la espesura de su mente…
Soy feliz.
Entonces decide dejar de bailar en su cabeza, cerrar el Mac y besarlo.