¿Y ahora qué? Pues ¿qué de qué? me responderás tú, mientras jugueteas con el ratón, golpeando impaciente con el dedo en la mesa.
Pues que ya estoy aquí, he llegado, me he instalado, el torbellino inicial y la novedad se han ido yendo, dejándome sola en mitad del océano. ¿Qué ruta tomo? quizás deba remar hacia donde nace el sol, pero ahora estamos en el cenit y no sé por donde salió, quizás sea mejor esperar a la noche, buscar la estrella polar e ir en aquella otra dirección pero, aunque confío ciegamente en el universo, la astronomía nunca fue mi fuerte y puedo remar en dirección a cualquier otra estrella brillante y errar el rumbo.
Así anda mi mar, un poco medio revuelto…
Equivócate.
Eso me grita cada poro de mi piel, pero ¿porqué he de equivocarme si hacerlo correctamente es más fácil y empleas menos energía? Pues porque equivocándose y perdiéndose es como una descubre nuevos caminos, hace nuevas rutas y porque no, lo más probable es que termines encontrando un destino mejor al que buscabas.
El camino va a estar lleno de obstáculos.
Cuando iba de excursión de niña me encantaba ir encontrándome “escollos” en el camino y aprovechar para cantar la canción “Voy en busca de un león” mientras los sorteaba, esto no es “los Cahorros” y seguro que en algún momento me sentaré sobre un tronco y lloraré cuan niña de cinco años, pero sé que después de enjugarme las lágrimas me sentiré bastante más aliviada y con fuerzas renovadas para seguir adelante.
Obstáculos 0 Caro 1
Intentaran desanimarte.
Ahi estará tu conciencia, sentada al lado en el bote, cuan típico “rompipalle» diciéndote “¿Donde vas, loca? da marcha atrás, vuelve a tierra firme antes de que sea más tarde, no merece la pena remar, te van a salir ampollas en las manos, el sol quemara tu piel, secará tus labios y la desesperanza acabará con toda tu ilusión”. Y ahi es donde por fin podré darle uso a la cinta americana que siempre llevo conmigo (just in case…>.<UU) es tu responsabilidad callarla, recordarle quien manda aquí, quien lleva el timón y no olvidar jamás el destino. El destino es la clave para no desmotivarte.
Disfruta el viaje, incluso el de las montañas rusas.
Me dan miedo las atracciones de feria, lo confieso, pero también es cierto que una vez superada la reticencia inicial luego no me arrepiento de haberme montado…Si te tomas la vida como una atracción por la que pagaste jamás sentirás que el camino es en balde, arriba, abajo, de ladooo, sin manoooosss, ¡¡¡uuaaauuuu!!!.
Y bajas gritando …¡¡¡otra!! jajajaja
Dentro de mi memoria de pez, me aferro a recuerdos realmente tristes y desoladores (dos o tres, que tampoco es plan de ser masoquista) y los revivo de vez en cuando sólo para poder tener la satisfacción de ver lo feliz que me siento ahora y lo bien que estoy…hay que estar abajo para coger impulso eso hará que subas, y la inercia hará que vuelvas a bajar…cierra los ojos, abraza el miedo, disfruta de las cosquillas en la boca del estómago y siente el viento enredándose en tu pelo.
Estando en la encrucijada.
Estoy aterrada, a la vez que ilusionada, frente a mi hay un numero infinito de posibilidades, la moneda no depende de mí esta vez, haré mi mejor esfuerzo, me dejaré la piel en la senda más angosta y empinada pero no sé que resultado habrá, bueno si que lo sé, lo que me aterra es no saber cuanto de mi tendré que dar por perdido en las zarzas. Nos lo tomaremos como una “exfoliación” intensiva y un curtimiento de piel…Renovarse o morir.
“Lio” es una colliente continua de agua `.´
A mi entender lo peor que podía hacer es dejarme llevar por la corriente, dejar que sea ella la que decida donde voy, con 200 millones de borregos, me gusta más nadar a contracorriente como buena rebelde inconformista lo que hace la masa me repele y además me parece muy aburrido. Descubramos sitios nuevos inexplorados, riamos de lo fría que está el agua, si vuelca nuestro bote…nada va a ser fácil, pero eso ya lo sabíamos así que agárrate los machos que vienen curvas…
En Richtmond encontré un buen sitio donde perderme y cielos azules <3
¿Alguna vez te has sentido tan perdid@ como yo? ¿Qué te ayudó a encontrarte? ¿De donde sacastes las fuerzas? ¿Me das la mano y nos adentramos juntos en la senda? Así parece que nos vamos de picnic y no da tanto miedo el sendero….Repite conmigo, ¡Voy en busca de un leóoooonnn….!
Y si quieres tener «mi león» en casa contigo, es bien fácil…<3