Rendirse es algo que no entra en lo planes de una, de todo aquel que tenga un sueño y sea su prioridad perseguirlo. Bien, dicho esto debo puntualizar que en contadas ocasiones, rendirse es la única manera de seguir a flote.
Los rios de la vida.
Comparo las situaciones de la vida con intentar cruzar un rio, tienes varias opciones, tirarte de cabeza a él, intentando llegar a otro lado mientras la corriente te arrastra rio abajo y casi te ahogas, teniendo que desistir, o bien observar un momento el rio y buscar una zona menos peligrosa para cruzarlo y por ultimo tomártelo con paciencia y caminar un rato por la vereda, disfrutando del paisaje hasta un punto donde sea posible, con ayuda de algunos materiales hacer un puente.
Del mismo modo que hay varias maneras de afrontar este rio, hay ríos como para parar un carro. Estará el riachuelo pequeño, que ese lo pasas chupado, ríos un poco más bravos, que te llevarán más tiempo y el gran rio acabado en una enorme catarata…
Y ahi es al cual nos tiramos de cabeza sin pensarlo.
Si, piensas, pero el que no arriesga no gana, y si, pero también una persona que ha sufrido una caída desde 20 metros empujada por agua poco le va a quedar que arriesgar.
Me habré tirado de cabeza a este tipo de rio unas cuantas veces en mi vida (vamos que tengo un máster en caída libre) y no he sacado más que una profunda tristeza y muchas magulladuras en el alma. Llegando incluso a la depresión, y si bien es cierto que de todo se aprende en esta vida, me parece que con un par de veces que te juegues el cuello es más que suficiente…a partir de la tercera ya lo considero masoquismo.
Déjate de aguas bravas y vamos al tema.
El rio que ya conoces como la palma de tu mano.
El río que mejor conozco, en mi caso, es aquel que a las relaciones personales se refiere: ¿Te las han dado con queso ya en varias ocasiones? ¿parece que tropiezas siempre con la misma piedra? ¡Ajá! Nos encontramos ante un caso de “me-tiro-al-rio-porque-estoy-convencido-de-que-esta-vez-será-distinto” pues no, el rio es el rio (lease esto con voz de Constatino Romero), lo conoces, ya te suena el color de sus aguas revueltas, el sonido de las cataratas al fondo. Ya sabes que esa persona encantadora no va a ser lo que necesitas, y aun así te empeñas, las personas solemos actuar según somos, quizás al principio podamos estar más pendientes y moderar ciertos “vicios” pero siempre se nos verá “el ramalazo” por algún sitio. Con ello quiero decir, que las primeras citas con esa persona te van a dar toda la información que necesitas. No tengas miedo de preguntar cosas importantes para ti y por favor quítate las anteojeras de burro. Porque no hay más ciego que el que no quiere ver.
Me he sorprendido en varias ocasiones disculpando comportamientos inaceptables de parejas, y lo que es peor, cambiando yo para poder estar en ciertas relaciones (ya que veía que la manera de ser de la otra persona me dañaba, me hacia la dura, intentando que todo me la sudara, y no, ese no es el camino) si una persona te hace cambiar, para peor, ese nunca va a ser tu rio y lo sabes. Sé que sueno muy tajante y parece que voy de coach, pero de verdad te digo que todas estas cosas las escribo para mi. Podría decirse que traduzco la chapa que me doy diariamente en mi fuero interno a este formato.
El rio complicado, ladrón de tiempo.
Hay otros ciertos ríos que son viables de cruzar, pero que te van a tomar mucho más tiempo el idear como cruzarlos de lo que realmente vas a disfrutar el paisaje en el otro lado, son sueños pequeños, pequeñas metas que te encantan y en su día te parecieron lo más. Esto serian las cosas que te gustaría hacer y/o aprender pero por cuestión de gestión de tiempo te resultan físicamente imposible. No tengas miedo a rendirte en ciertas cosas, porque el tiempo que les dedicas lo aprovecharás en otros quehaceres que te harán más feliz…Y en realidad ¿no es lo que perseguimos todos el tiempo? Hacer de nuestro día a día una existencia pacifica, armoniosa y alegre.
Hace poco me propusieron una colaboración haciendo un curso, me gustaba muchísimo la idea y me veía muy capaz, las ventajas eran muchísimas y el reto muy estimulante…pero después de sentarme un rato a meditarlo seriamente vi que todo lo que tenia que formarme de antemano, no solo en la materia sino en todo lo que requería hacer ese trabajo (tecnológicamente hablando) me iba a quitar muchísimo tiempo que necesito para tener una existencia un poco más placentera, amigos, dormir (qué cosas que tengo a veces ¬.¬UU), tiempo para cocinar mientras escucho música (las pequeñas estupideces que hacen que todo tenga sentido en mi vida…) y hay que saber tener la cabeza fría para dejar tiempo a nuestras prioridades.
El rio traicionero.
De todos las corrientes de agua chungas este me parece el más peligroso, es un rio encantador, como tanto otros con un paisaje genial y las aguas parecen frescas y cristalinas, pero es por debajo de la superficie donde se halla el peligro, te adentras en él para refrescarte confiada sin ser consciente de que en esas aguas no estás sola, hay unas pequeñas criaturas que se te adhieren a la piel, te succionan la sangre, te debilitan y sin que te des cuenta, porque suele ser una cosa indolora al principio, acaban contigo de poquito a poquito.
Míralo que majo…¿eh?
Eso es lo que me estaba pasando en mi trabajo aquí en Londres, el estar rodeada de un ambiente estresante y con ciertas compañías poco recomendables estaban acabando con mi vitalidad, positivismo y alegría…así que antes de acabar absorbida por «la secta» decidí cercenar de raíz. Cuando una de mis ex compis me contaba que estaba muy mal pero que “no podia tirar por la borda” tres años de sufrimientos en esa empresa me pareció que era el momento de hacer el petate e irme discretamente y sin grandes aspavientos…En este rio hay que meterse para saber lo que se «cuece», lo único que nos resta hacer es «salpicarnos» los antes posible y ya.
En ocasiones el rendirse no es algo malo, sino lo más sabio para poder enfocar tus energías en la dirección correcta.
No todos los ríos son peligrosos, tampoco hay que vivir asustados.
Aquí nos hallamos, rodeados de ríos, y decidiendo desde las pequeñas perlas de sabiduría que hemos ido recogiendo en la vida cual es el que me tengo que arriesgar a cruzar ahora. Me encantaría que te sentaras un ratito aquí conmigo y me ayudaras a dilucidar cual de ellos tiene mejor pinta. Y como no, imaginarnos vestidos de Indiana Jones, con nuestros sombreros bien encajados mirando a la luz del tramonto mientras suena un “tinininooooooniiiiiiii” jajajajaja
Y entonces ¿En que ríos te andas metiendo últimamente? ¿Crees que es buena opción rendirse o es de cobardes abandonar el barco antes de que se hunda? ¡Ay, madrecita! qué estoy cagada ante mi nueva situación, pero expectante cuan niño en la mañana de reyes …esperando encontrar esto bajo mi árbol…
PD: La semana pasada Diego pensó que mi vida es una aventura, y la verdad es que con esto de imaginarme de Indiana me veo, aunque me mole más Lara Croft . Gracias de <3.