Hoy es un día especial para mí: Es mi cumpleaños, y desde hace tiempo lo tomo como el principio de mi año. Y es que tiene todo el sentido porque hasta este día hace taitantos años no vine a este mundo.
Es una época rara, antes la vivía con ansia de preparar un sarao por todo lo alto y recibir regalos. Ahora lo utilizo para hacer balance de mi año y ver qué es lo que he aprendido y que me gustaría mejorar.
Este año, parece que por fin, he conseguido integrar un consejo que le daba a todo el mundo pero que me ha costado mucho aplicarme: Qué te resbale lo que piensen los demás de ti.
No sé si alguna vez te he contado que desde que compré los dominios de carochan y carochin pasaron meses hasta que me atreví a escribir nada en carochin, y años en carochan y todo ello debido a que siempre me ponía en el peor escenario posible.
Ese escenario es que la gente me escribiera “cosas feas”, que no les gustara mi estilo de escritura, que les aburrieran mis historias o que me hicieran sentir mal solo porque sí. Los temidos troles eran los que me mantenían alejada de cumplir algo que me molaba, que era mostrarme al mundo tal y como soy y ser aceptada.
Por desgracia este es un tema que me ha tenido atrapada toda mi vida; he sentido que no era “normal”, que no encajaba en ningún sitio, me he tenido que disfrazar de mil modos y he tenido que medir mis palabras en cada situación.
Yo solo quería un espacio publico donde poder mostrarme y encontrar a aquellas personas que me apreciaran por lo que soy realmente, sentir que no estaba sola.
Pero para ello tenía que vencer mi mayor miedo, el enfrentarme a todas aquellas otras personas (muchas, por desgracia) que se han pasado la vida señalando lo rara que era, lo estrafalaria vistiendo o lo malhablada.
Sabía por experiencia que iban a ser muchísimas más, por estadística, que aquellas con las que me sintiera cómoda y respaldada… así que bueno, entiendo que tardara meses en decidirme a superar esa temida sensación en mi cabeza de que todo iba a ser un desastre y de que al final iba a terminar llorando cada vez que subiera un post.
El tiempo pasó, y no me leía ni el tato, así que me sentía bien cada vez que publicaba algo. Algunos me corregían la ortografía, cosa que agradezco enormemente ya que me ha hecho mejorar muchísimo.
Si lees mis primero post te quieres arrancar los ojos: era de las que escribía con “k” en vez de “que” y esas cosas…
Luego empezó a tener más éxito, y encontré a aquellas personas que buscaba, a las que mis locuras, desvaríos y cambios de estado de ánimo les molaba… pero con ellos llegaron los troles, aquellas personas que tanto había temido.
Miento sí digo que he estado fuerte en esos momentos y no me han hecho llorar, el ser juzgada es una herida que aún duele y es difícil de cerrar. Pero mira que curioso, ha pasado lo peor que podría pasar y no he muerto. Sigo aquí, y entiendo que esas personas tristes, con una triste vida, no tienen otra cosa que hacer que ir hiriendo a los demás gratuitamente.
Y por fin, aleluya, he llegado a la conclusión de que si alguien necesita llegar a las descalificaciones para comentar en mi blog es porque le toca algo que debería mirarse con un profesional, y no tiene nada que ver conmigo.
En fin todo este rollo para decirte la cosa más valiosa que he aprendido en estos 5 años con mi blog:
Haz siempre, sin excusa, lo que te venga en gana: viste como te apetezca vestir y habla como te salga del rabo porque siempre, siempre, siempre va a haber gente que te odie por el simple hecho de existir.
Así que por lo menos tú sé coherente con tu ser y haz lo que te pida el cuerpo en cada momento… y al que no le guste; que se lo haga mirar, porque el problema no es tuyo, bonita, es suyo.