Traigo novedades, si no quieres leer lo hago por ti <3
Creo que nunca te he contado el porqué decidí dar el primer giro de 180 grados a mi vida y es algo que ha marcó mi existencia. El día que decidí hacer la carrera de bellas artes no fue porque me viniera una inspiración divina mientras pintaba al óleo en mi estudio, de hecho yo no había cogido más que el lápiz para hacer algunas tiras cómicas de situaciones que nos pasaban a mi grupo de amigas…y dejaba bastante que desear, la verdad sea dicha.
La química de mi vida.
Hasta los 20 años mamé, respiré y viví para la ciencia. Mi padre era profesor de física y química, además de doctor en farmacia (y algún que otro titulo más) así que desde bien pequeña ya me sabía todas las tablas de multiplicar y jugaba con el “Quiminova”, lo visitaba en su laboratorio del CSIC y jugaba a que era profesora y una investigadora intrépida.
Decidí hacer ciencias ambientales porque me pareció una carrera relativamente nueva que tendría muchas salidas laborales, y pasé los dos siguientes años sin prácticamente sin vida.
Prácticas, clases, trabajos y el carné de coche llenaban mis días y noches.
Al ser una carrera transdisciplinar estudiábamos todo muy concentrado, en poco tiempo y la verdad que muy someramente. Por aquel entonces ya estaba muy desencantada porque veía que realmente no iba a ser especialista en nada, picoteando de aquí y allá. La especialización aún era un valor en alza en mi cabeza. Hoy me alegro infinito de aquella experiencia ya que me permite poder hablar de sociología, física, matemáticas, biología, ingeniería química, edafologia, topografía e incluso derecho ambiental comparado con una mínima base. Si soy la persona interesante con la que mantener una conversación es gracias a lo que denominé como “una gran perdida de tiempo y desgaste de energía”.
No recuerdo cuando fue el día que decidí dejar esa carrera, pero si recuerdo que fue la primera cosa importante por la que luché…Senté a mis padres y les dije todo lo que había pensado, el plan estaba perfectamente ideado en mi cabeza, no dejé fisuras -sabía que mi padre encontraría cualquier resquicio y lo utilizaría en mi contra- y después de mi speech mi madre suspiró diciendo:
– ¿Eso era todo? Pensé que estabas embarazada, ¡menos mal!¬.¬UU
Y así quedó zanjado el asunto sobre como pasaría un año sabático estudiando inglés, japonés (mi amor por este idioma también merece otro post) y haciendo un curso de estética.
Más que año sabático fue la locura más grande jamás realizada.
La idea era enganchar con traducción en interpretación para el siguiente curso. Y si bien la idea estaba muy bien hilada al universo le encanta dejarme hacer planes para luego desbaratarlos así que puso en mi vida a una chica que estudiaba bellas artes y a un chico que estudiaba económicas, ambos de mi clases de japonés…Y me descubrieron que con esas dos carreras podía optar a una beca a Kyoto. Un año estudiando en Japón, ¿y solo con esas dos carreras en Granada? Si, ya sabes lo que pasó, una semana barajando opciones y comparando temarios de las dos carreras.
Si bien es cierto que toda mi vida había sido de ciencias, era más de biología y química que de matemáticas y estadística, por supuesto no tenía ni idea de Bellas artes ¿Proporción áurea? ¿Carboncillo, pastel o acuarelas? ¿Gubia? Todo aquello me sonaba a postres y palabros africanos. Pero si, me dije que hacer 5 años de algo que desconocía totalmente solo para conseguir una beca a Japón era una cosa bastante lógica (aún sigo dando gracias a que mi cabeza no funcione como la de la mayoría…). El primer año me salió hasta un sarpullido del estrés, tenia una pinta tan chunga que hasta mi madre, que puede dejarte una semana con un dedo roto, se asustó.
¿Qué es el arte? Morirte de frio 😉 Pio, Pio <3
El primer día, en la facultad, paré al primer chico que vi por el pasillo:
- ¿De que curso eres?
- De cuarto
- Bien me sirves, acompañame (te sorprenderías de lo dócil que es la gente cuando le pica la curiosidad) y al economato que me lo llevé.
- Cómprame todo lo que necesite para primero.
Aún me recuerdo sentada en mi porche mirando aquellas cosas como un mono que mira un palo. No sabía nada, y lo aprendí todo de la mejor manera posible, a base de hostias. Estudié el doble que mis compañeros, practiqué el cuádruple, era malísima pero aprendí a desarrollar la labia, podría no ganarme el favor por mis dotes artísticas pero sin duda me lo ganaría por mi desarrollo intelectual de la obra, por mi conocimiento técnico y por la imaginación desbordante.
La provocación forma parte de mi arte <3
Y pasaron los años, y a lo mejor no era tan mala como pensaba porque conseguí un par de becas en cuarto. Me decidí por la Erasmus a Italia (ese será otro capitulo ¬.¬UU). Y por fin llegó el año que me vi preparada para optar a mi ansiada beca, hacer mi PFC en Japón. Cada lágrima de tinta, cada revisión de examen, todo para esto. Y sí, la conseguí; No recuerdo cuantas eran los presentados pero sería del orden de unas 150 persona, me la dieron de hecho con aquella chica que conocí en las clases de japonés, que era una muy buena amiga por aquel entonces.
Aún puedo rememorar aquellos instantes, no me lo podía creer, como tampoco me pude creer que la rechazara. Ajá como lees, la tuve que rechazar principalmente porque mis padres se estaban divorciando y no tenía el apoyo económico necesario (alli con el visado de estudiante poco trabajo iba a poder conseguir), la segunda razón y no menos importante: Estaba enamorada, hasta las trancas de un chico madrileño, sabía que el irme significaría el fin de la relación. Por si no te has dado cuenta aún soy mucho de seguir a mi corazón.
No quiero que la rechaces por mi y esto luego se pueda convertir en una losa que echarme en cara.
Alguna vez se me cruzó por la cabeza echarle la culpa de la decisión, pero fui yo y solo yo.
Sabía que lo nuestro no tenía futuro y aún así lo aposté todo.
Y esta es la «maravillosa» historia de como aprendí en esta vida que:
- La importancia de saber negociar, de convencer, de vender un buen producto. empezando por ti mismo.
- Lo que nos parece enorme e imposible se consigue de a poquitos.
- La labia te puede llevar más lejos que cualquier avión.
- Empezar de cero es duro pero muy estimulante, no lo utilices como excusa para no hacer algo.
- Tienes que luchar por lo que quieres y de ese modo…
- Los sueños se cumplen si tienes un objetivo y eres constante.
- Todo el tiempo invertido en amar jamás será tiempo perdido, porque lo que no das se pierde.
- Que haciendo creer a tu madre que estás embarazada hará que cualquier mala noticia sea una buena noticia…jajaja.
Y en cuanto a tí. ¿Cual ha sido la cosa más grande y loca que has hecho? Cuéntame algún giro de 180 grados, de esos que tanto nos gustan. Como este.
Amore, solo quedan tres días para la lista definitiva de los premios bitácoras en la categoría de mejor blog personal…Me he colado en los diez primeros y ahora mi ansía viva quiere llegar al top 5. ¿¿Me ayudas?? Sería la cosa más increíble que me ha pasado en esta vida y sería gracias a tí <3
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