¿No te ha pasado que a veces preferirías no caer en las garras químicas del amor y poder ser capaz de elegir un poco más con la razón? Sobre esto reflexiono está semana en mi articulo de El ibérico.
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¿No te ha pasado que a veces preferirías no caer en las garras químicas del amor y poder ser capaz de elegir un poco más con la razón? Sobre esto reflexiono está semana en mi articulo de El ibérico.
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Los celos no son algo ajeno a la mayoría de las personas, yo me he cruzado con dos o tres personas en mi vida que nunca los han sentido (parejas en la mayoría, que mira que tengo atino….jejeje) pero para el resto de los mortales ese pellizco en la boca del estómago sí que nos resulta familiar.
Clicka en la imagen si quieres saber mi opinión sobre ese monstruo de ojos verdes…
Me encantaría saber como haces tú para gestionar todo ese torbellino de sensaciones dañinas…Yo aún estoy intentando encontrar la formula perfecta, mientras me desquito con esto…
Y anochece en la ciudad, una cafetería cualquiera de un callejón cualquiera, dos macs y muchos tecleos. Ella baila en su cabeza mientras él frunce el ceño concentrado en su lección de italiano. De fondo la cháchara de dos extranjeros tratan de entenderse entre ellos en castellano la hace reflexionar.
No es complicado encontrarse, es complicado entenderse incluso hablando el mismo idioma. Veo su boca moverse y oigo bla, bla,bla…Él me ve articular palabra y solo oye wiiiii. Podríamos construir una base preciosa, de este tipo y dejarnos mecer por la música, callados, mirándonos…Quizás esa sea la mejor manera de sobre llevar una relación, en silencio y mirándose a los ojos.
Porque es el momento en que se intenta verbalizar todo aquello que tenemos dentro cuando se caga la cosa. Ceños fruncidos y labios apretados, miradas de soslayo y lagrimas contenidas ¿No es acaso en el momento del baile horizontal, mientras se habla con caricias, sudor y calor, cuando mejor nos entendemos? Deberíamos entonces rebajar el registro de nuestra relación a plano físico, dejarnos solo sentir cuando estemos juntos, obviar palabras, distancias y demás pensamientos contenidos.
La canción en su cabeza se torna melancólica y la arrastra a recuerdos difusos…Están tumbados en una cala cualquiera de una playa cualquiera, él le da la espada, ella la observa y piensa en el momento en el que sea la última que la vea alejarse y decide dejar de pensar, porque una espalda no da más información que posibles melanomas y falta de higiene -es tan difícil frotarse cuando se vive la vida en soledad-
“¿En serio eso es lo único que se te ocurre ? ¿qué otra cosa debería pensar? ¿qué no volveré a obviar palabras ni distancias mientras despido con la mano a mis muros de contención? ¿qué las noches serán algo más largas y frías? ¿qué por fin podré sentarme sin sentir dolor? ¿Debería analizar lo que siento? ¿es alivio, es pena, es indiferencia?…”
Al final decide que prefiere pensar en melanoma, la verdad.
Entonces él se gira, le sonríe y todos esos pensamientos se esfuman de golpe porque el salitre del mar la invade y el sol calienta su piel – sintetízate vitamina D, endorfinas haced vuestro trabajo- El olor de la crema solar, mezclado con el calor de la piel tibia, saliva y esa sensación de comezón en la barbilla dan paso a otros tipo de pensamientos. Cierra los ojos y disfruta de la sensación de la brisa apartándole el flequillo, el reflejo del sol calienta intermitente su mejilla según se aparta la sombrilla, se pierde en el tacto suave de la piel del antebrazo de él y un pensamiento se abre paso entre la espesura de su mente…
Entonces decide dejar de bailar en su cabeza, cerrar el Mac y besarlo.
Cada día nos bombardean con carteles de publicidad donde se nos muestra gente guapa que van a tener sexo, que han tenido sexo o que parece que se les presenta una posibilidad remota de tenerlo. Y es que en esta sociedad consumista se premia la conquista, el ir más allá, el buscar el “siguiente bocado”
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El tiempo de la conquista es algo muy excitante, pensar la estrategia, como en ajedrez, para conseguir la pieza deseada y cuando ya la tienes, sientes que ya no es la misma emoción de la caza y parece que lo único que te queda es idear los improvements que le harías, ponerle nuevos complementos o experienciar con nuevas tecnologías.
Uno de los último libros que me he leído, La anatomía del amor de Helen Fisher, me ha dado una perspectiva bastante interesante del tema elección de pareja y adulterio. Me tiene en una dicotomía extenuante.
Mientras nuestros antepasados nomadeaban por la estepa, las mujeres acarreaban a los niños y los hombres con lanzas en las mano los defendían. La monogamia era solo un trueque momentaneo, a lo sumo de un periodo de cuatro años, en lo que se tardaba en criar al hijo y una vez sucedido esto hombres y mujeres eran libres de yacer con quien quisieran.
Ese afán de conquista y esparcimiento de semilla nos viene ya dado en nuestros genes primigenios. Lo cual me lleva a pensar que a lo mejor estamos completamente equivocados con el tema monogamia, quizás al igual con la homosexualidad fue penalizada y hoy en día es de lo más normal; lo natural sea ser adúlteros – debo madurar más estas ideas antes de desarrollarlas, pero el post promete-
Hoy en día, la sociedad, en semejanza a nuestros antepasados que vagaban por la estepa en busca de un lugar donde abastecerse nosotros buscamos en la pareja un remanso de paz. La sociedad nomada dio paso a los primeros asentamientos y con ellas las primeras parejas estables pero ¿Qué fue de aquellos que bajo la eterna excusa de encontrar la ubicación perfecta dejaron pasar cientos de oportunidades de crecer y ser felices? Quizás pensaron que detrás de aquel oasis vendrían algunos muchos mejores, sin tener en cuenta que a veces el desierto es árido y el regreso al sitio que encontraron ya no es posible. La cuestión es ¿cuando hay que dejar de buscar?¿Como sabes que ya has llegado a tu oasis? ¿como hacerlo con las comodidades de hoy en día? Siempre puedes coger tu jeep, cargarlo de provisiones, buena música y tirar millas. Lo único malo es que es un camino de no retorno o pierdes tus huellas u otros nómadas, con más visión, lo ocuparon. Y es que suele pasar que el oasis que a primera vista no parece el ideal es el que oculta lo mejores manantiales y los rincones con más encanto para perderse…
¿No es acaso nuestra ansia de experimentar un paso atrás en cuanto a felicidad basal se refiere?
El problema que veo es que nunca le he dicho que no a una aventura, no he dejado de entrar a sitios prohibidos solo porque un cartel lo rezara y he saltado todas aquella vallas que me impedían seguir mi camino de experimentación, y más si adherida a su superficie estaba la placa de “peligro de muerte” y claro cuando llega el momento en el que encuentro un oasis genial y termino siempre debatiéndome entre el parar mi periplo o simplemente coger algo de agua para continuar el camino.
El pájaro quisiera ser nube; la nube, pájaro.
Y es que es de este modo jamás disfrutas de lo que tienes con la eterna sombra de la insatisfacción planeando sobre tu cabeza.
Y en cuanto a ti ¿Sigues buscando mas allá de lo que tienes por miedo a estar perdiendonte algo excitante? o quizás ¿ya encontraste ese lugar, donde dar descanso a tu corazón, y te la suda lo que haya ahí fuera? ¿Qué opinión te merece el hecho de que la monogamia quizás sea un modelo demasiado anticuado para los tiempos que corren? -quiero recoger puntos de vista antes de lanzarme a escribir como una loca-
Gracias <3
Pues si, ha llegado el día que todos estabais temiendo. Caro ha bajado el ritmo y esta semana no tiene actualización. Me he tomado mi propia «semana santa» y me la he pasado follando de turisteo por Londres 😉
Pero os dejo con mi último artículo de El ibérico reflexionando sobre como el deseo domina nuestras vidas.
La semana que viene estaré por mi tierra, Graná, así que si alguien le apetece verme he organizado una quedada el 18 de Abril.
Chuuuuuu!!!!