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Caro chan

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Dispersión asegurada

diversion

Llevo ya un par de días en Oviedo, Granada estaba siendo una olla a presión (más de 20 días de ola de calor seguidas ha sido muerte y destrucción)

Aquí a 17 grados y abrigada. Estoy feliz.

Pero mi llegada no fue precisamente smooth.

El avión de Granada a Madrid estaba a una temperatura parecida al infierno y el de Oviedo como si estuviéramos en el polo norte. 

Ya me empezó a molestar la garganta. 

Eso sin decir que tenía 40 minutos para hacer transbordo y comer…y por la ley de Murphy la puerta de desembarco y la de embarco estaban en las puntas opuestas. 

5000 pasos, en serio. Lo medí.

Comí tal que así.

Por suerte me dio tiempo, la que parece que iba más lenta era mi maleta. Qué se quedó en Madrid de turismo.

Así que la primera noche y el día siguiente, con la ropa oliendo a zorruno, toda ni vida en una maleta… Y un pelete importante pues lo pasé regulinchi.

Pero ya esta todo bien, tengo mi maleta para el mes y pico que me quedo por aquí y duermo con edredón.

Y después de ponerte al día de mi atropellado viaje te vengo a contar por fin las cositas que estaba haciendo.

Redoble de tambor:

Ya está disponible la primera temporada del podcast “Dispersión asegurada” con mi amigo Carles Caño.

Nos puedes escuchar aqui.

Dos dispersos de mierda multipotenciales, hablando de culos inquietos, hábitos, esa voz infernal en tu cabeza y mil cosas más.

Yo me he abierto más que con mi terapeuta (como lo escuchen mis padres van a flipar mucho).

Pero sobre todo con mucho humor, que sino la vida es muy aburrida.

Ya está en todas las plataformas mundiales, y el lanzamiento fue ayer (pero yo estaba gestionando mi propia crisis y hasta hoy no me he podido sentar a escribir).

Cuan modelo de Zara me pasé el día…

Así que si te apetece pasar un buen rato, y además recoger algunas perlillas de sabiduría. Recuerda:

Dispersión asegurada.

Ese Whatsapp olvidado

Whatsapp olvidado

¿Conoces esa sensación de cuando alguien te ha escrito un Whatsapp que has dejado en visto para contestar más tarde y ese tarde nunca llega?

Cada vez te cuesta más contestarlo porque ya te da hasta vergüenza.

Mi blog es ese chat para mí. Mis amigas me dicen que me echan de menos, que lo retome. Que cuente que está pasando por mi vida. Quieren saber de mí.

Yo empiezo a contestar ese Whatsapp maldito.

  • Hey, perdona que se me pasó contestar pero “excusa plausible”.

Lo borro

  • Hola amiga, cuánto tiempo! perdona el retraso pero “excusa aún más plausible”.

Lo vuelvo a borrar

  • Mira tía, que se me ha ido la olla, perdona.  Cero excusas.

Y lo vuelvo a borrar para dejarlo para un mejor momento, que no llega.

Sorry si es tu ídolo XD

Y así estaba yo con esto. Me sentaba a escribir, hacia un párrafo de excusas de mierda y los borraba una y otra vez.

Así que bueno, sin excusas ya estoy por aquí… Tampoco sé decirte la frecuencia y si voy a volver a desaparecer. Mola ¿eh? Jajaja

Solo aparecía para decirte que se vienen cositas, estoy saliendo de mi zona de confort en la que llevaba unos años muy tranquila y me apetece volver a compartir mis pensamientos y paridas.

Las últimas veces que lo he hecho me he sentido muy juzgada, no por ti que eres puro amor, sino alguna persona rencorosilla del pasado (confiando en que este silencio le haya hecho desaparecer del mapa o por lo menos no sentir tanto rencor). 😉

Solo esta publicación lo dirá.

Bueno, la inspiración me suele visitar cuando ya estoy en la cama arropada por Morfeo así que con esta pequeña actualización le quito las telarañas al blog y muestro mi sonriente cara (mentira: si la quieres ver, vente a Instagram donde subo stories sin maquillar y otros días con unos filtros que me hacen parece pivonaco ruso, depende de como amanezca ese día).

Y con el caos y la poca estructura que me caracterizan.

Gracias por leerme <3

La isla de Tali

Hoy he visto una película que transcurría entre Japón y Singapur ,“Una receta familiar”, me la recomendó mi tía porque sabe que me encanta la comida asiática. Te recomiendo que la veas con el estómago lleno, porque sino vas a pedir un Glovo fijo…

Viendo la película me di cuenta de que lo mío con los animales no era normal.

En la película salía un kita inu (una raza japonesa de perro), el protagonista y su padre eran los dueños. Ellos tenían un restaurante de ramen. Entraban pronto y salían muy tarde.

japanese style
Japanese style…

Vi que tenían el perro atado en la puerta de la casa, lo dejaban entrar en la cocina cuando llegaban pero que nadie le hacia ni caso al pobre.

Todo el día solo atado, cuando llegan tus dueños ni te miran ni te hablan. Te juro que los 15 primeros minutos de película no pude pensar en nada más que el pobre perro.

Hasta que el prota se fue de viaje y se lo dejó a unos vecinos jubilados no pude disfrutar de la dichosa película.

No es la primera vez que me veo sobrepasada por el tema de los animales. Es superior a mí, no puedo ver a ninguno sufrir, ni intuir que no lo están pasando bien.

Me paraliza, me supera, me deja hecha pedazos.

Stitch triste carochan

Mi timeline de facebook es cada vez más escaso ya que bloqueo sin miramientos a todo aquel que ponga algo de sufrimiento animal en su muro. Sé que existe, no hace falta que me lo restriegues por toda la cara, insensible.

En fin, desde que tengo uso de razón me han dicho “no seas tan sensible” como si fuera algo que yo elijo cada día ¿Hoy qué me pongo en traje de sensible del año o el de Cruella de Vil?

Una es así, tiene sus cosas buenas y otras pues que no molan tanto, supongo que como con todo.

Siempre que puedo colaboro con asociaciones de ayuda a los animales y el otro día me descubrieron un proyecto que me hizo llorar de la felicidad.

Natalia con sus animales en la isla de Tali

La isla de Tali. Una chica, una isla y su amor por los animales desamparados. Sentí que aún quedaba mucha luz en el mundo a pesar de toda la oscuridad que las noticias nos quieren hacer sentir.

Puedes colaborar con ellos por un euro al mes, ya ves, ni un café. O si lo prefieres puedes hacer aportaciones mayores en este número de cuenta:

ES4421006254940100092514

Nunca llevar amor al mundo fue tan fácil.

Mis amores eternos

De telas preciosas a diseños ancestrales. Estoy enamorada de unas piezas que en mi armario nunca pasan de moda: Los kimonos.

Kimono es el nombre genérico a los distinto trajes japoneses. “Ki” significa llevar y “mono” cosa. Básicamente «cosa que llevar«, herniarse no se herniaron.

Desde bien pequeña me han llamado la atención y en todos mis viajes a Japón he querido comprarme uno (capricho que pasaba rápido, en cuanto veía que costaban sueldo y medio).

No era plan.

Eso si, alquilar todo lo que quieras <3

Solo tengo un Yukata original japonés (kimono de verano) que nunca me he llegado a poner y te voy a explicar el porqué (ya que el “delito” ha prescrito). XD

En mi primer viaje a Japón estuve ahorrando un euro diario durante 4 años para poder ir. Me alojé en casas de amigos e incluso en una residencia de estudiantes donde tenía que entrar sin que el portero me viera, ya que vivía de polizón.

Iba con el presupuesto más ajustado que el traje de Cat Woman.

Una noche salimos de fiesta, mi amiga española y yo. Nos peinamos y vestimos iguales, fuimos la atracción de la noche de Osaka.

¿Quieres beber con nosotras?

Hace 20 años no se veían apenas occidentales allí y menos de fiesta. Nos invitaron a todo y más.

Hicimos gentes con nuestro japonés chapurreado.

De vuelta a casa pasamos por una zona comercial donde una tienda se había dejado unos Yukatas colgados fuera. Antes en Japón era normal esas cosas, ya que nadie cogía nada que no fuera suyo.

Y claro, la tentación y el alcohol en sangre fueron más persuasivos que mi fuerza de voluntad: me llevé uno. Al día siguiente totalmente arrepentida y sin recordar cuál era la tienda no podía devolverlo.

Además de que la pena por robo en Japón para un extranjero era no permitirte entrar más en el país.

Me cagué viva pensando esa posibilidad, hubiera preferido la guillotina.

Drama queen modo ON

Total, que me lo metí en la maleta de vuelta pero nunca lo usé. Mi mala conciencia no me lo permitió.

Pero tener uno original (y pagado) es la espinita clavada.

Por otra parte está el hecho de sentir que tener piezas occidentales inspiradas en el kimono mola, pero que usar uno original quizás sea una falta de respeto a su cultura.

No sé, me imagino a una japonesa con un vestido de gitana cortado por la mitad a forma de bata y seguro que a alguien le duele.

Quizás se muera un Pokemon cada vez que me lo ponga.

Ellos lo suelen usar para ocasiones especiales, muy formales, y ahora llego yo y me lo calzo con unos vaqueros.

Pero si tú no tienes estos reparos, he descubierto una tienda en España que los venden y a muy buen precio. Si te pillas uno mándame la foto que te odie en la distancia :P. Se llama Amores Eternos.

El nombre le va que ni pintado porque para mí siempre serán mis amores eternos.

Y tú ¿Tienes alguna cosa que te encante más que “follar y comer pasteles”?

Fofisana tu madre

Hasta los 24 años yo había pesado un máximo de 45 kilos. Pecho casi inexistente y algo de culo. Mi reprima Almudena y yo compartíamos tipo y ropa.

Digo mi reprima porque lo es por partida doble, su padre es hermano de mi madre y su madre es hermana de mi padre.

Loca te dejo, lo sé

Hoy ella, incluso después de ser madre, pesa 50 kilos y yo he llegado en algunos momentos a los 70.

Mismos genes, estilos de vida muy parecidos y resultados tan dispares. Llevo ya más de un cuarto de siglo sintiéndome culpable, pensando que algo tuve que hacer muy mal para coger tanto peso y terminar pareciendo que alguien se ha “comido” a Carolina.

He hecho mil dietas, me he reventado en el gimnasio para conseguir cómo muchísimo perder 10 kilos que vuelven conmigo a la primera de cambio.

Desde los 25 años me he sentido gorda.

Y no lo estoy, a día de hoy midiendo 164 cms peso 65 kilos, no tengo sobrepeso y mis analíticas están de libro de medicina. Fofisana qué dirán algunos.

“Fofisana tu madre”, les contestaría yo.

Lo que más me jode es que, en realidad, soy una de las personas más sanas que conozco. Hábitos saludables, comida ecológica, sin “vicios”, etc… Coño Vamos, que lo hago todo bien.

Digamos que época de Tiziano yo habría sido la Kate Moss del momento.

Carochan desnuda
Aquí en verano comiendo uvas y tocándome el…

La cuestión es que la semana pasada haciendo scroll en Facebook me encontré con una noticia que hablaba del tema de las “mid size”. Ni idea de qué existía eso. Y fue todo un descubrimiento porque me vi reflejada 100% en el post.

En la moda hoy en día hay dos vertientes, la ropa que hacen diseñadores para gente de la 38 para abajo y las curvy de la 46 para arriba.

¿Pero qué carajo pasa con las que tenemos una 40-42? Yo no me puedo aventurar a comprar nada online porque lo mismo me calzo una S que una XXL dependiendo de la marca, e incluso dentro de la misma marca si el patronaje es distinto también puede pasar.

Y que, a veces, los pantalones de la talla mas grande de una tienda no me cierren pero que en las de tallas grandes no haya tan pequeñas como para mí.

Sé que pensarás “problemas del primer mundo”.

El trasfondo de todo esto es que nos han hecho creer que estamos “gordas” cuando la talla media en Europa es la 44.

Esta maravilla es la media europea <3

Estoy segura de que hay muchas más mujeres como yo, que el mundo de la moda les ha hecho creer que están “mal hechas” porque al final nada de lo que nos probamos encaja con nuestro tipo de cuerpo.  

Y por supuesto si nos entra no nos queda, ni por asomo, como la foto del catalogo.

¡Qué chorprecha!

Eso por no hablar de las poses…

Me encantaría poder ver cómo queda el vestido solo en la 36, o la 46, sino en una 40 o 42. No creo que sea pedir tanto, la verdad.

Y si empezamos a apoyar a las marcas que empiecen a usar modelos “reales” en sus catálogos, más marcas harán lo mismo porque como bien dice el artículo “se trata de vender”.

Seguramente habrás leído el texto con un tonillo de cabreo, es correcto, lo has hecho bien ¡Aprobada!Jajaja

Y bueno, después del desahogo, solo comentarte que mañana 11 de junio es mi cumpleaños y por fin estreno la cuarentena (no la del covid XD).

Haría un mega fiestón pero no está el horno para bollos, quizás en un par de años vuelva a cumplir 40 para poder celebrarlo en condiciones. ;p

Mientras tanto me alegra saber que sigues ahí y que aunque sea en la distancia me desearás un “cumpleaños feliz”.

carochan feliz cumple
jajajaja ¡me encanta ser tan cutre!

Descuida me comeré yo la tarta por ti, que ya que me he quitado la etiqueta de «gorda» como que me noto más ligera.

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Caro chan

© 2022 Caro Chan. Hecho con amor y polvo de hada.

 

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