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Caro chan

Caro chan

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Crecimiento personal

La cueva ya apesta

¡Quién esté de PM que levante la mano! Yo no seré quien lo haga, ya te aviso. Hace mucho que no escribo un post contando mis miserias… porque como buena mujer nacida en un sistema patriarcal está más mona callada y menos “bipolar” sin cambios de humor.

Pero la vida es otra y ya te contaba que estaba hasta el mismísimo de los postureos de Instagram. Creo que desde la pandemia he estado mucho más retraída y celosa de mi intimidad. Y sobre todo sintiéndome ultra juzgada, primeramente por mi misma.

Hoy he recordado lo terapéutico que era para mi escribir cada semana como me sentía, que había descubierto o simplemente poner muchos gif para que te explotara el cerebro leyéndome. 

Como este

El problema que he estado sintiendo durante mucho tiempo es que no conseguía dar con esa Caro animada, que era el alma de la fiesta y que socializaba como si no hubiera un mañana. Caput, muerta, inexistente.

Y claro intentando aferrarme a aquello y añorando no me estaba ayudando en lo más mínimo…muchas veces los arboles no nos dejan ver el bosque.

He mudado de piel, literal en 7 años no tendrás ni una de las células que te forman ahora, pero lo mio ha sido más doloroso y menos natural que una renovación celular. 

Me he ido quitando capas:

  • La niña buena que solo quería complacer.
  • La que anteponía los demás a ella misma y sus deseos.
  • La que cogía demasiada responsabilidad y luego lloraba por ello.
  • La que se desgastaba intentando ser la anfitriona perfecta en todos los saraos.
  • La que hacia el trabajo por otros, dejando que se aprovecharan de ella.
  • La que se ponía la máscara de optimismo y felicidad para tapar su ira y su dolor.
  • La que tenía que ser fuerte sí o sí.
  • La que no se permitía fallar.

Estoy más ligera, eso sí. Pero mucho más expuesta. He sentido que me tenía que proteger sin todas esas capas y me metí en mi cueva.

Una cosa te digo, ahora seré más autentica pero la cueva ya apesta.

Y he salido a la luz para poder encontrar a la verdadera Carolina, dejando atrás todos los personajes que me han servido para sobrevivir hasta hoy.

Si la ves pasar dile que me pegue un toque, que ya no quiero sobrevivir ahora lo que quiero es VIVIR.

Dispersión asegurada

diversion

Llevo ya un par de días en Oviedo, Granada estaba siendo una olla a presión (más de 20 días de ola de calor seguidas ha sido muerte y destrucción)

Aquí a 17 grados y abrigada. Estoy feliz.

Pero mi llegada no fue precisamente smooth.

El avión de Granada a Madrid estaba a una temperatura parecida al infierno y el de Oviedo como si estuviéramos en el polo norte. 

Ya me empezó a molestar la garganta. 

Eso sin decir que tenía 40 minutos para hacer transbordo y comer…y por la ley de Murphy la puerta de desembarco y la de embarco estaban en las puntas opuestas. 

5000 pasos, en serio. Lo medí.

Comí tal que así.

Por suerte me dio tiempo, la que parece que iba más lenta era mi maleta. Qué se quedó en Madrid de turismo.

Así que la primera noche y el día siguiente, con la ropa oliendo a zorruno, toda ni vida en una maleta… Y un pelete importante pues lo pasé regulinchi.

Pero ya esta todo bien, tengo mi maleta para el mes y pico que me quedo por aquí y duermo con edredón.

Y después de ponerte al día de mi atropellado viaje te vengo a contar por fin las cositas que estaba haciendo.

Redoble de tambor:

Ya está disponible la primera temporada del podcast “Dispersión asegurada” con mi amigo Carles Caño.

Nos puedes escuchar aqui.

Dos dispersos de mierda multipotenciales, hablando de culos inquietos, hábitos, esa voz infernal en tu cabeza y mil cosas más.

Yo me he abierto más que con mi terapeuta (como lo escuchen mis padres van a flipar mucho).

Pero sobre todo con mucho humor, que sino la vida es muy aburrida.

Ya está en todas las plataformas mundiales, y el lanzamiento fue ayer (pero yo estaba gestionando mi propia crisis y hasta hoy no me he podido sentar a escribir).

Cuan modelo de Zara me pasé el día…

Así que si te apetece pasar un buen rato, y además recoger algunas perlillas de sabiduría. Recuerda:

Dispersión asegurada.

Fofisana tu madre

Hasta los 24 años yo había pesado un máximo de 45 kilos. Pecho casi inexistente y algo de culo. Mi reprima Almudena y yo compartíamos tipo y ropa.

Digo mi reprima porque lo es por partida doble, su padre es hermano de mi madre y su madre es hermana de mi padre.

Loca te dejo, lo sé

Hoy ella, incluso después de ser madre, pesa 50 kilos y yo he llegado en algunos momentos a los 70.

Mismos genes, estilos de vida muy parecidos y resultados tan dispares. Llevo ya más de un cuarto de siglo sintiéndome culpable, pensando que algo tuve que hacer muy mal para coger tanto peso y terminar pareciendo que alguien se ha “comido” a Carolina.

He hecho mil dietas, me he reventado en el gimnasio para conseguir cómo muchísimo perder 10 kilos que vuelven conmigo a la primera de cambio.

Desde los 25 años me he sentido gorda.

Y no lo estoy, a día de hoy midiendo 164 cms peso 65 kilos, no tengo sobrepeso y mis analíticas están de libro de medicina. Fofisana qué dirán algunos.

“Fofisana tu madre”, les contestaría yo.

Lo que más me jode es que, en realidad, soy una de las personas más sanas que conozco. Hábitos saludables, comida ecológica, sin “vicios”, etc… Coño Vamos, que lo hago todo bien.

Digamos que época de Tiziano yo habría sido la Kate Moss del momento.

Carochan desnuda
Aquí en verano comiendo uvas y tocándome el…

La cuestión es que la semana pasada haciendo scroll en Facebook me encontré con una noticia que hablaba del tema de las “mid size”. Ni idea de qué existía eso. Y fue todo un descubrimiento porque me vi reflejada 100% en el post.

En la moda hoy en día hay dos vertientes, la ropa que hacen diseñadores para gente de la 38 para abajo y las curvy de la 46 para arriba.

¿Pero qué carajo pasa con las que tenemos una 40-42? Yo no me puedo aventurar a comprar nada online porque lo mismo me calzo una S que una XXL dependiendo de la marca, e incluso dentro de la misma marca si el patronaje es distinto también puede pasar.

Y que, a veces, los pantalones de la talla mas grande de una tienda no me cierren pero que en las de tallas grandes no haya tan pequeñas como para mí.

Sé que pensarás “problemas del primer mundo”.

El trasfondo de todo esto es que nos han hecho creer que estamos “gordas” cuando la talla media en Europa es la 44.

Esta maravilla es la media europea <3

Estoy segura de que hay muchas más mujeres como yo, que el mundo de la moda les ha hecho creer que están “mal hechas” porque al final nada de lo que nos probamos encaja con nuestro tipo de cuerpo.  

Y por supuesto si nos entra no nos queda, ni por asomo, como la foto del catalogo.

¡Qué chorprecha!

Eso por no hablar de las poses…

Me encantaría poder ver cómo queda el vestido solo en la 36, o la 46, sino en una 40 o 42. No creo que sea pedir tanto, la verdad.

Y si empezamos a apoyar a las marcas que empiecen a usar modelos “reales” en sus catálogos, más marcas harán lo mismo porque como bien dice el artículo “se trata de vender”.

Seguramente habrás leído el texto con un tonillo de cabreo, es correcto, lo has hecho bien ¡Aprobada!Jajaja

Y bueno, después del desahogo, solo comentarte que mañana 11 de junio es mi cumpleaños y por fin estreno la cuarentena (no la del covid XD).

Haría un mega fiestón pero no está el horno para bollos, quizás en un par de años vuelva a cumplir 40 para poder celebrarlo en condiciones. ;p

Mientras tanto me alegra saber que sigues ahí y que aunque sea en la distancia me desearás un “cumpleaños feliz”.

carochan feliz cumple
jajajaja ¡me encanta ser tan cutre!

Descuida me comeré yo la tarta por ti, que ya que me he quitado la etiqueta de «gorda» como que me noto más ligera.

A la mierda el postureo

postureo

El postureo en la redes sociales es, para mí, la nueva enfermedad mental del siglo XXI. Pretender que todo es maravilloso en tu vida y que vives en una portada de revista 24 x 7.

En el post de la semana pasada una lectora comentó que mi blog era “sinceridad en tiempos de postureo”. Y me hizo pensar en la poca gente cuenta sus mierdas y que si las cuenta es por alguna oscura razón marketiniana detrás.

Pero yo no estoy exenta de haberme metido en esa rueda de hámster. De hecho cuando tenía la empresa de Geisha del maquillaje me pasaba el día fingiendo algo que no era en las redes.

Me teñí el pelo de negro, y siempre lo llevaba planchado. Me puse una montura de gafas negra muy sería y vestía con ropa que me disfrazaba de “empresaria de éxito”.

¿Hola? ¿Tú quién eres? Las pestañas puestas con photoshop XD

Tenía que dar esa imagen seria y profesional. No me permitía ser yo misma por miedo a dar la impresión de ser demasiado “rara” o “loca” para que confiaran en mí.

Dejé de ponerme flores en el pelo, mis gafas cantosas y la ropa que me hacía feliz.

Planificaba hasta las stories y estaba siempre haciendo fotos a todo para tener publicaciones que subir todos los días.

No me permitía salir sin estar perfectamente peinada y maquillada.

En cada sitio chulo que visitaba me pasaba el rato haciéndome un book de fotos en vez de disfrutando y si pedía algo rico y se me olvidaba hacerle una foto me sabía hasta mal.

postureo maximo
Postureo de manual pero nivel pro.

Lógicamente es esa época estuve desaparecida del blog, con la excusa de que no tenia tiempo. Tiempo tenia, lo que no quería era mostrar mis miserias e inseguridades diarias. 

Vaya que alguien descubriera que eso que veían en redes no era real.

Y aún si hechas un vistazo a mi instagram, en el cual hace un año que no publico, solo verás fotos bonitas y frases preciosas ¿por qué en mi blog si me permito ser vulnerable y en Instagram no?

No he mostrado mi cara sin maquillar, mi pelo rizado sin peinar (soy un minión morado), la hinchazón de mi barriga después de comer, ni las estrías de mis muslos. 

Ni he puesto la frase inspiradora “Hoy me tenéis todos hasta el coño” aunque la pienso casi todos los días.

¿Cómo serían nuestra redes sociales si pusiéramos lo que realmente pensamos? ¿Si mostraremos nuestros “defectos” tanto como nuestras fortalezas? 

No voy a ser la jueza que desde mi púlpito critica todo lo demás, sabiendo que soy parte del problema, también puedo ser parte de la solución.

Desde hoy voy a tener las “anti redes”, donde enseñaré mis mierdas y pondré las frases que realmente me apetecen poner. Aunque sean políticamente incorrectas.

Porque una revolución comienza por uno mismo.

¿Te apetece unirte a #aLaMierdaElPostureo?

PD: Todo son risas hasta que te toca subir a internet tus mayores inseguridades.

Dos y dos son cuatro neuras

4 neuras carochan

Estar con otra persona es difícil. Ya estar contigo mismo lo es, pues imagina si ya sois multitud.

Yo tengo que lidiar con la voz en mi cabeza, que casualmente se parece mucho por el tono a la de mi padre, y sentirme como una niña pequeña que no sabe lo que está haciendo.

Porque no sé como será la voz en tu cabeza pero la mía, la mayoría del tiempo, me hace sentir que o no soy lo suficientemente buena o que debo de ser la persona más torpe del planeta.

Y sí, la teoría me la sé.

Es mi ego, el programa que funciona en automático y al que cómo no le des algo en lo que centrarse se dedica a susurrarte lindezas al oído. El mío como no me dedique a una actividad de vida o muerte es capaz de seguir con lo suyo por mucho que intente concentrarme.

El muy cabrón jodío.

La meditación, sí, también la practico y aunque en esos momentos consiga algo de silencio el resto de las 23:40 horas del día es otro cantar.

Por eso digo que estar en pareja es difícil, se suma lo tuyo con lo suyo y esto se convierte en un “más difícil todavía” con un redoble de tambores.

Tus neuras, sus neuras y el ritmo de la sociedad. Cóctel molotov para terapia de pareja.

Pero de poco sirve esa terapia si los que se sientan en ella son dos niños asustados cuyas voces en su cabeza no les dejan ver ni sentir empatía por el otro.

carochan gemelos

Romper es lo más fácil, lo jodido es quedarse.

Sí, sé que estás pensando que romper es peor y lo que la gente hace es quedarse en la comodidad de lo “malo conocido”. 

Reparte bienes, amigos y niños en caso de haberlos. Pero a la larga esa ruptura te deja con tus neuras, a las que ya les has cogido cariño y no te crean desasosiego.

No hay con quién ponerse de acuerdo, se acabaron las negociaciones, las explicaciones, los malos ratos y el pelearse por la serie que ver en Netflix.

Adiós a gestionar la proyección en la otra persona.

Te quedas en la gloria, te abres un Tinder para cuando te pique y tú en tu casa y Dios en la de todos. 

Easy peasy

Pero no, lo jodido es quedarse sin conformarse. Trabajando en tus mierdas, las suyas y las de todos tus compañeros para llegar a tener una relación de la que sentirse orgulloso. Y en esas ando… queriendo la vía rápida y a la vez entendiendo que las cosas buenas en las vida son una carrera de fondo.

¿Soy la única que lo quiere mandar todo al carajo semana sí y semana no? 

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Caro chan

© 2023 Caro Chan. Hecho con amor y polvo de hada.

 

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